El sentido del olfato
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 1997 )

Lo que está claro es que la nariz nos proporciona el sentido del olfato. Los aromas (partículas químicas) entran a la cavidad nasal, tanto a través de la nariz como también por la parte posterior de la boca. Navegan dentro de estas cavidades y se van a la parte superior de ellas, donde se encuentra con una mucosa provista de millones de pequeños cilios, proporcionados por las células olfatorias. Allí las moléculas aromáticas reaccionan con receptores nerviosos específicos y envían señales al bulbo olfatorio.

Allí es donde estas señales comienzan a ser interpretadas, y se toma conciencia que algo estamos oliendo, pero aún no se puede identificar qué es lo que se huele. El mensaje es transportado desde allí a la corteza olfatoria, que le pone una etiqueta al olor (por ejemplo, olor a mar). Desde allí viaja por dos vías: una la lleva hacia el tálamo y la corteza cerebral, donde por ejemplo, se comparan los olores(huele a mar, pero estoy en Farellones. ¿Por qué?). La otra es hacia la amígdala y el hipocampo, estructuras que manejan las emociones y la memoria (Por qué y cómo recordamos). Es allí donde una experiencia asociada con un olor, puede recordarse y producirnos emociones agradables a desagradables (un determinado perfume nos recuerda una determinada persona).



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